miércoles, 25 de febrero de 2015

Notas en la esquina de un cuaderno.

  Hola, hola!
Para poner algo en el blog, quisiera poner un micro-relato de los muchos que se acumulan en mi libreta de escritura. Verán, ésta última tiene una historia particular, pero eso lo contaré en otra ocasión.
Por el momento solo me paso para dejarles esto, que lo lean y la pasen un rato.
Muchos saludos.
Disfrútenlo.










Nuestras manos no fueron hechas para quedar juntas.
Ninguna de ellas encajaba a la perfección como dos piezas de un rompecabezas perdidas, esperando que algún día tengan el lugar que se merecen una junto a la otra.
Ninguna química, física o ciencia alguna hizo fusión dentro de nosotros la primera vez de vernos a los ojos. 
Ninguna chispa delatadora perdida entre la profundidad de la mirada cruzó ese día.
Y, sin embargo, su apretón de manos siempre me hizo sentirme segura, siempre me hizo pensar que iba en el camino correcto.
Cada vez que nuestros cuerpos colisionaban en un abrazo, me recordaba lo diferentes que éramos
 y aún así seguíamos aferrados, temiendo el momento de irse a casa.
Aún así seguíamos juntos.
Eso me hizo pensar que tal vez el amor no es el que nos define.
Nosotros somos los que definimos al amor.











                                                          -Meena. 

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